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La transformación de Matías Vera, notero de “Aquí somos todos”

  • Por: Eduardo Aguilera
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El periodista bajó 67 kilos luego de someterse a una cirugía bariátrica en septiembre del año pasado.

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El cambio es realmente impactante. Matías Vera, notero del programa social “Aquí somos todos”, ha protagonizado una tremenda transformación física, de la cual habló en detalle con el diario “Las últimas noticias”. En el diálogo, el reportero entrega detalles de las razones que lo llevaron a concretarla hace meses atrás.

A fines de 2019, este periodista televisivo comenzó a subir de peso, llegando a pesar 140 kilos luego de que fuera desvinculado del matinal “Buenos días a todos”, de TVN. “Empecé con atracones de comida chatarra y si tenía pena, comía; si estaba contento celebraba con comida. Todo era comida, comida”, afirmó.

Me empecé a mirar en el espejo y a preguntarme qué me está pasando, pero aun así seguía en el mismo círculo, como los adictos que siguen pese a que están mal, yo seguía comiendo", recordó Matías Vera, quien “despertó” cuando viajó en julio del año pasado producto del funeral de un tío a su natal Concepción, donde toda la familia le dijo que “estaba gordo”.

Vera se puso una manga gástrica el 6 de septiembre del año pasado, cuando pesaba 135 kilos. “Hice muchas cosas para bajar de peso. Suena cliché, pero ni el ejercicio, ni la dieta, ni el cambio de hábitos alimenticios eran compatibles con la bajada de peso que necesitaba tener…Hoy la comida sencillamente no me cabe”, confesó Matías.

Actualmente, el integrante de “Aquí somos todos” pesa 73 kilos. Sin embargo, debería estabilizarse entre 79 y 80. “El régimen es súper heavy. Me da risa cuando la gente dice: ‘Tomó la salida fácil, se operó’. Es súper difícil, tienes que comer mucho tiempo solo sopa, después papilla, luego comida picada chica y recién ahora estoy comiendo casi normal”, aseguró.

La lucha de Matías Vera

Esta figura televisiva reconoció que, antes de la intervención, su estado físico no era el de los mejores. “Cuando subía al segundo piso de la casa llegaba cansado, se me aceleraba el corazón cuando me agachaba a amarrarme las zapatillas o cuando salía con mis perros y en la noche no podía dormir por el dolor de tobillos y rodillas”, dijo.

Esta operación no fue por estética, fue por salud…Ahora estoy en tratamiento con una psicóloga y llegamos a la conclusión de que yo tenía una adicción a la comida, todo lo que yo vivía lo asociaba a comida, para bien o para mal. Hoy la comida no es el objetivo. Dejó de ser ese premio y se convirtió en una herramienta para hacer otras cosas”, se sinceró Matías Vera sobre este proceso que continúa viviendo.

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