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¿Son realmente malos los celos? Expertos advierten cuándo son dañinos

  • Por: Paula Vergara
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Si bien muchos especialistas concuerdan que son una emoción natural, éstos también pueden ser patológicos cuando se llega a controlar la vida de la otra persona.

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Querámoslo o no, los celos son algo recurrente en las parejas. Cuando nos sentimos atraídos por alguien, suele suceder que queremos que esa persona sólo tenga una relación de tipo amorosa y sexual exclusivamente con nosotros

Sin embargo, muchas veces esta emoción se vuelve obsesiva, y llega a provocar daño tanto en quien siente los celos, como hacia quien están dirigidos. Por este motivo cabe preguntarse, ¿son malos los celos?, y, ¿cuándo son dañinos?

Emoción natural

Muchos expertos concuerdan en que los celos son una emoción natural dada por nuestra evolución. Según recoge el investigador de Uehiro Centre for Practical Ethics de Oxford, Brian Earp, en un estudio publicado en la revista  Philosophy & Technology, los celos serían un factor clave en la conservación de la especie.

Estos habrían aparecido tiempo atrás en el hombre para asegurar que los hijos eran de su descendencia, y en la mujer, para asegurar que éste llevara sustento a ella y sus hijos.

¿Son siempre dañinos los celos?

Según explica el psicoterapeuta Wolfgang Krüger en la revista National Geographic, los celos no son siempre enfermizos, indicando que en su centro está el temor a que la relación y el pacto del tipo de relación se vean amenazados.

"Los celos surgen cuando este pacto no se cumple. Por eso los celos no son algo que deba reprimirse”, explica, indicando que lo mejor es hablar de estos desagradables sentimientos. Es decir, lo mejor es exponer a tu pareja abiertamente lo que esperas en la relación, y explicar porqué cierta situación te afectó, considerando que no todos esperan el mismo nivel de exclusividad.

Por otra parte, los psicólogos Robert Bringle y Robert Rydell establecen dos categorías: los celos reactivos y los de sospecha. Los primeros parten de componentes emocionales, y surgirían al momento de ver en el acto a nuestra pareja en una situación comprometedora, lo que podrían ser celos “justificados” y la relación puede salir fortalecida tras conversarlo, o bien, seguir por caminos separados.

Por otra parte, los celos de sospecha surgen con “ideas” no conectadas con lo que la pareja ha hecho, por lo que no tienen necesariamente un motivo que justifique una traición, y que vienen de la inseguridad y falta de autoestima.

Cómo saber si ya se superó el límite

Según explica la psicóloga Susana Lorente a ABC, es normal sentir celos por una situación puntual cada “tres meses”, por ejemplo, y que no derivó en constantes peleas. Pero, “si hay que someterse a un interrogatorio, si los comentarios están contaminados de malas intenciones, se sobrepasan ciertos límites”, señalando que lo mejor es acudir a un psicoanalista.

Asimismo, la psicóloga Mila Cahue señala que los celos patológicos se basan en el control del celoso sobre su pareja, haciendo que el individualismo de ésta última desaparezca. En este caso no existe una relación de igual a igual, sino un dominante, al que le molestará cualquier “mirada” o conversación.

El celoso patológico trata a su pareja como su propiedad e intentará controlar todos los aspectos de la vida de la otra persona, lo que incluso puede ir derivando en escaladas de violencia que lleguen al maltrato físico o hasta el asesinato.

Cuando comienzan las culpabilidades, los reproches, el control de la vida, la confiscación de teléfonos, llamadas o correo; los insultos y las acusaciones basadas en la imaginación de quien las pronuncia, en vez de en evidencias reales, es el momento de hablar claramente con la pareja y, en la mayoría de los casos, dar por terminada la relación”, afirmó.

 
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