Los dulces 40 de Maly Jorquiera: “Son el primer día del resto de mi vida”
No son muchas las mujeres que llegan a los 40 y quieren gritarlo a los 4 vientos, pero Maly Jorquiera está tan feliz de entrar a una nueva década, que quiso celebrarlo como si fueran sus dulces 16.
Y es que María Paz no tiene más que palabras de agradecimiento y satisfacción para hablar de su vida actual, y de todo lo que ha logrado, a pesar de haber vivido un año que como para todos, fue muy complejo debido a la pandemia.
“Este año nos demostró que estamos vivos”, explica, mirando el lado positivo de todo lo que ha pasado, y valorando lo que ha logrado construir, especialmente junto a su familia. “Me encanta cumplir años, porque he tratado de tener una buena vida, al margen de lo que la vida te vaya proponiendo como adversidades. Siento que lo que ha dependido de mí, lo he ido logrando. Hay cosas que no manejo y me entrego a ellas. Hay cosas tristes, cosas malas, y cosas feas. El mundo ya es difícil, pero en lo que depende de mí, siento que he logrado”, dice satisfecha haciendo hincapié en lo que ha formado junto a Sergio Freire y su hijo, Lucas.
Vestido: Nicoletta Valentina
“Agradezco y siento que he logrado armar mi familia; mi hijo y mi pareja”, dice, detallando que como todos, ha tenido momentos difíciles, pero de los que ha logrado salir. “Hemos podido surfear la ola y estamos bien hasta ahora, entonces eso yo lo agradezco. Para las que somos mamás ha sido una puesta a prueba. A lo difícil que ya es ser mamá, que es una gran responsabilidad, que cada día es un desafío, por sobre eso una pandemia”.
Maly siente que su familia está completa, y en este cumpleaños eso se selló con un anillo; Sergio Freire le propuso matrimonio y ella dijo que sí.
Señora de las 4 décadas
“Ahora me pueden decir Señora de las 4 décadas”, dice entre risas y haciendo alusión a la tan conocida canción de Ricardo Arjona. “Yo pensaba que a los 40 era ser muy vieja, cuando era más chica encontraba que los 30 ya era harto y quería morir bien, a los 35, no quería ni llegar porque encontraba que era muy adulto”, explica sobre las expectativas que en su juventud tenía sobre esta etapa de su vida, en la que se siente totalmente renovada y llena de energías para emprender nuevos proyectos.
Aunque Maly desborda energía, estos nuevos planes se los toma con calma, especialmente debido a su propia historia, que le fue enseñando con golpes muy duros que muchas veces las expectativas no tienen nada que ver con la realidad.
“Los planes se fueron destruyendo en el camino. Tuve una relación muy larga. Planifiqué ser mamá a los 24, porque como mis papas fueron papas viejos, yo quería hacerlo distinto. Pero todos esos planes se rompieron a mis 23, cuando mi mamá se murió”, cuenta Maly que vio cómo su vida completa daba un giro en 180 grados, y el golpe emocional la hizo replantear esos propósitos que tenía tan claros.
“Fue demasiado inesperado, qué podía esperar de la vida si mi mamá ya no estaba viva. Me di cuenta que todo podía pasar, que no somos nada, que para los que creemos en Dios, o un ser superior, somos muy ínfimos para un universo muy grande”.
Su perspectiva de la vida cambió, y aunque continuó con su relación, que duró hasta sus 31 años, sus planes se modificaron. “Para mí mis papás son todo. Mucho tiempo tuve miedo, sentía que todo el mundo podía irse, podía morirse, y no me aferraba a nada, porque había perdido mi único centro”, explica.
Años después, terminó su relación amorosa, y comenzó un proceso de autoconocimiento que la hizo replantearse el camino.
“Nunca deje de trabajar ni de ser responsable, pero sí carretié mucho. Me costó muchos años retomar el camino, pero siempre, como que tuviera un ángel, llamado Nury, mi mamá, siempre encontré gente buena en el camino que me guiaba en esta locura, y logré calmarme, sola”
“Después de que terminé esa relación de 10 años, desde los 21 a los 31, ahí tuve que encontrarme conmigo misma. Me fui a vivir una pieza, con amigos. Encontrarme los domingos sola. Y reencontrarme. Y es muy doloroso ir para adentro. Pero cuando pasa eso, y aprendes a estar sola, todos los demás son aditivos ricos a tu vida. No andas buscando en los demás lo que a ti te falta. Los demás vienen a tu fiesta”.
Estos golpes y procesos de aprendizaje, hicieron que Maly se diera cuenta de la importancia de cuidarse a sí misma, especialmente ahora que es mamá.
“Mi mamá se murió de forma muy dramática. Estaba muy mal, aguantó dolores por muchos años, hasta que el tumor ya era muy grande. Por eso yo me cuido tanto”, revela, y nos cuenta que le gusta comer de forma saludable, hacer ejercicio, y darse sus gustos los fines de semana, pero siempre volviendo al camino del autocuidado.
"Si no fuera mamá tal vez me daría un poco lo mismo, pero yo quiero estar para el Lucas, y quiero estar bien. Quiero que me vea bonita, quiero que me vea bien y que guarde un lindo recuerdo mío”.
Una pausa necesaria
Dentro de esas adversidades que le presenta la vida está el trabajo. Laboralmente, este 2020 no terminó de la manera en que le hubiera gustado.
La actriz se va de Canal 13 ahora que no hay más proyectos en carpeta para ella, pero lo hace por la puerta ancha, y con el mejor de los ánimos. “Entiendo por qué se acaba. Me voy con mis jefes en la mejor de las ondas, agradecida de ellos y ellos agradecidos de mí”, nos explica sin dejar de lado la tristeza que le provoca el fin del proyecto laboral que comenzó en 2019.
“Éste era mi lugar ideal, mi equipo ideal. “Sigamos de Largo” y “Confinadas”, el equipo que logramos humano, es muy bueno, me gustaría que todo el mundo tuviera algo así”, explica y asegura que para más adelante espera poder lograr algo similar.
“Y si no, me entro pa la casa jajajajaja. Igual necesito “entrarme un rato”, necesito estar en mi casa. Obvio que voy a escuchar propuestas y todo, pero me lo voy a tomar con calma Quiero una carrera larga en la comedia, y necesito hacerlo con un buen equipo y un buen proyecto”, dice pensando también en pasar más tiempo como "Mamaly", la mamá de Lucas, quien se ha convertido en su gran compañero. "Me conversa, me acompaña, es lo máximo", dice sobre el pequeño de 3 años.
Para resumir su 2020, y proyectar el 2021, Maly continúa agradeciendo todo lo que tiene, y espera también poder entregar algo de eso a los demás. "Solo agradezco, no tengo nada que pedir, porque siento que esas peticiones, para los que creen en Dios, tienen que tomarlas los que realmente lo necesitan".
Por eso cita a su suegro, por quien tiene mucha admiración. “Es una frase un poco cliché, pero que me hace mucho sentido. Mañana es el primer día del resto de tu vida, y para mí, los 40 son el primer día del resto de mi vida, y no me voy a perder ningún día, con pandemia o sin”.