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La “democratización” del Skin Care

Por: Luisa Verdee
11 de Septiembre de 2019
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¿En qué momento el skincare ganó tanto power en el mundo occidental? Al rededor del 2016 me di cuenta que cuidarse intensivamente la piel era algo que muchos estaban haciendo. No me mal entiendan, las cremas y serums siempre han existido, pero fue en ese año que recuerdo la gran explosión del #skincare en las redes y el mainstream.

Se sabe que los egipcios utilizaban plantas y aceites para cuidar y mantener su piel sana, pero no fue hasta 1936 que el protector solar fue recién inventado e introducido al mundo como un producto para proteger la piel. Después de varios años en 1989 más o menos se comenzaron a formar marcas y líneas de productos para el cuidado facial por dermatólogos y empresas de cosméticos. Pero no fue hasta los 90’s que se comenzaron a descubrir vitaminas, ácidos y antioxidantes para el cuidado facial.

Recuerdo por ahí del 2005 que mi madre utilizaba un par de cremas anti-aging que salían en la TV antes de dormir y eran ese lujo que yo siempre quería probar. Por mi parte, utilizaba una crema hidratante de cuerpo que también ponía en mi rostro. No había rutina, ni 10 pasos, sólo una cremita de tapa azul que dejaba grasosa mi cara, y debo decir que ni siquiera lavaba mi rostro antes de usarla. En tiendas, a lo mucho, había algún par de mascarillas en los pasillos de productos para el baño o en el catálogo de Avon y en general eran productos anti sebo, para pieles con acné y mascarillas peel off para sacar los puntos negros.

No fue hasta mediados de esta década que la industria se revolucionó y comenzó a entregar soluciones para todos los tipos y diferencias de la piel. Dejamos de tener productos carísimos de marcas de lujo diseñados solamente para evitar el envejecimiento de la piel, o productos de farmacia económicos que en realidad no funcionaban, y llegó la verdadera democratización del skincare otorgando productos de calidad con precios para todos los bolsillos.

Tradicionalmente el skincare se instaló como un intento de detener el paso del tiempo, pero actualmente es un acto de amor propio y auto cuidado.

El avance tecnológico ha sido buena parte del gran boom del skincare y no me refiero tanto a los avances en ingredientes o composiciones químicas, sino en la comunicación, el alcance de la información y obviamente las redes sociales. Las tendencias de productos y rutinas coreanas cambiaron por completo la percepción e importancia del cuidado de la piel en el occidente, poniendo al mismo nivel la rutina de cuidado con la rutina de maquillaje. De hecho, es difícil encontrar un tutorial de maquillaje que no lleve algún paso de hidratación antes.

El cuidado de la piel en Corea es tan exitoso que las marcas occidentales han ido creando imitaciones de sus productos en un (buen) intento de vender e interesar a la población en el tema. Si bien mucha gente no se rige por la rutina coreana de 10 pasos, esta ha sido en gran medida responsable de generar la curiosidad e interés en cuidar la piel, conocer productos e ingredientes. La revolución de las sheet masks también ha formado parte de esta avalancha del skincare: productos y soluciones al alcance de todos y para todas las necesidades; es como un mini spa en la comodidad de tu casa por 20 minutos.

Ahora tenemos al alcance de la mano miles de productos para cada uno de los famosos 10 pasos y así cuidar nuestra piel, mejorar su aspecto, textura, tono, etc. La información sobre este tema está a la orden del día y existen hasta talleres presenciales (que por cierto, yo imparto uno) para entender el orden ideal para aplicar los productos, cuáles son los mejores ingredientes y por qué. Pasamos de usar pasta de dientes para secar, o más bien quemar los granitos, a aplicarnos un serum con ácido glicólico para que la química haga su magia.

Creo que la gran expansión y pasión por el skincare viene unido al tema del amor propio, de tomar conciencia y cuidado sobre nuestro cuerpo y poder conectar con nosotros mismos al menos 5 minutos al día mientras realizamos nuestra rutina de cuidado; por lo menos esa es mi parte favorita. Pero también al ver los resultados, el cuidado de la piel tiene un efecto muy distinto al maquillaje, ya que es progresivo y permanente, uno puede ir viendo mejoras reales en su piel y en cómo se siente, y creo que eso es atractivo para todos: saber que uno puede mejorar y sanar una parte de su cuerpo que estaba descuidada.

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