Las contradicciones del consumo excesivo de leche de vaca
Hablamos con Nicole Angulo, nutricionista, quien abordó con detención el tema.
Desde pequeños nos enseñaron que la leche es uno de los alimentos primordiales en nuestra alimentación, pero hace un tiempo atrás se ha cuestionado que esto sea realmente cierto. Es por eso, que hablamos con Nicole Angulo, nutricionista de la Universidad Andrés Bello, quien nos habló con detención del tema.
El consumo de leche en estado natural se defiende como tradicional y saludable, pero según Nicole la situación cambió, “hoy en día casi nadie puede consumir leche en estado natural, los productos lácteos que ofrece el mercado han sido sometidos a diversos procesos de conservación y transformación los cuales han modificado sus propiedades, añadiendo sustancias toxicas para nuestro organismo”, comenta la nutricionista.
Uno de los nutrientes por el cual se le da mayor énfasis al consumo de la leche es el calcio, mineral que se utiliza el organismo para formar, mantener y reparar sus huesos, “primero quiero comenzar explicando que la leche no contiene ningún nutriente que no pueda obtenerse a partir de otros alimentos, lo podemos encontrar en los vegetales verdes, legumbres, entre otros”, relata Nicole.
“Es importante destacar que si bien contiene gran aporte de calcio, este no es absorbido en su 100%, debido a su contenido elevado de fósforo, en cambio el calcio de los vegetales, algas, legumbres, se absorbe de mejor manera”, dice Nicole, recomendando que busquemos otra alternativas para obtener los beneficios del calcio.
A continuación, según la profesional, nombraremos las posibles consecuencias de un consumo excesivo de leche, poniendo énfasis en que “es necesario destacar que a pesar de que existen muchos estudios científicos que avalan estas hipótesis, aún se están estudiando”, comentó.
La leche genera una mayor mucosidad que otros alimentos “un moco espeso que obstruye el sistema respiratorio y que favorece ciertas enfermedades como el asma, bronquitis, sinusitis, resfriados comunes, secreción nasal e infecciones al oído”, aclara la especialista.
Hay varios artículos que comentan que las grandes industrias de leche suelen utilizar comúnmente hormonas sintéticas para las vacas aumenten la producción de leche, causando que los animales sufran de “mastitis o inflamación de las glándulas mamarias, tratándolas con antibióticos, los cuales se han encontrado restos de ellos, al igual que hormonas, en muestras de leche”.
Por otra parte, también comenta que “el azúcar de la leche es muy difícil de digerir, ya que cuando una persona llega a la edad de dos años, los intestinos elaboran menos lactasa, una enzima necesaria para absorber y digerir la lactosa” dice Nicole.
También nos comentó las posibles enfermedades que acarrea el consumo excesivo de leche, “causa alergias y sensibilidad. Se ha demostrado que afecta el comportamiento, sueño y concentración. Además, sus niveles de proteína son los adecuados para que el ternero crezca rápidamente, resultando excesivos para el ser humano, y generando cálculos renales y biliares”, comenta la nutricionista, agregando también que “estudios científicos sugieren que existe una relación entre el consumo de leche y el aumento del riesgo de padecer la enfermedad de Parkinson y diabetes juvenil”.
La nutricionista pone énfasis en que no está prohibiendo el consumo de leche, “estamos hablando de un consumo mayor a dos vasos al día, quiero dejar en claro que como sabemos todo en exceso es malo, y que cada persona está en su derecho de tomar la decisión de si consume o no este lácteo, así como otros alimentos”, asegura.
La profesional dejo de consumir leche hace un tiempo por decisión propia “me siento mejor desde que la dejé, desde ese momento no suelo tener síntomas gastrointestinales, disminuyó mi número de resfriados y soy menos alérgica, por lo que es necesario escuchar a nuestro cuerpo y saber qué es lo que necesita, dejo el tema abierto para que cada persona realice su análisis personal y tome la mejor decisión”, aclara Nicole, dejando abierto el debate y la decisión de cada uno respecto al consumo de este alimento.
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