Valeria Ortega mantiene su nariz respingada sin cirugías
Cada cierto tiempo se somete a un nuevo procedimiento de mantención, sin pasar por el quirófano.
Hace ya más de dos años que Valeria Ortega cambió su nariz sin cirugía, y actualmente la mantiene igual, gracias a la rinomodelación, un tratamiento que promete convertir en perfectos todos los perfiles, en pocos minutos y sin necesidad de entrar a pabellón.
“Se puede remodelar cualquier nariz, rellenando ciertas partes con ácido hialurónico, que es un tipo de gel 100% biocompatible con el ser humano y que se puede moldear para disminuir imperfecciones y atenuar detalles que molesten a cada paciente”. Aclara la doctora Paula Vergara, cirujana y experta en medicina estética de Clínica Terré.
De esta manera, se pueden ocultar las clásicas imperfecciones de perfil que trauman a muchos: los huesos muy sobresalientes, las narices caídas, e incluso, respingar las puntas. Por su parte, la animadora reconoce: “No me gustaba mi antigua nariz porque se veía ancha, sin forma, era muy blanda en la punta y el cambio que necesitaba era demasiado pequeño como para someterme a una cirugía y todo lo que eso implica”.
“Yo siempre quise operarme la nariz y cuando me contaron que existía la Rinomodelación, la probé ¡y me encantó! Es un procedimiento muy rápido, en mi caso me retoco la nariz una vez al año para mantener el perfil que quiero y en minutos puedo volver al trabajo”, cuenta feliz el rostro de Zona Latina. Por su parte, la doctora Vergara, quien además estuvo a cargo del procedimiento de Valeria, aclara: “Este tratamiento dura aproximadamente uno o dos años, dependiendo de la persona y el lugar donde se ubique el material”.
La conductora añade: “Creo que los beneficios hablan por sí solos, el gran miedo con una cirugía es que la nariz cambie de tamaño y uno pueda llegar a verse diferente, pero con la Rinomodelación se armoniza lo que uno ya tiene”.
¿Duele? “Absolutamente nada. Es más el susto que uno siente previamente al pinchazo porque uno cree que podría doler”, aclara la rubia. “Sólo puede llegar a molestar el pinchazo en lo que dure el procedimiento, que no tarda más de diez minutos, es un pinchazo tolerable y transitorio que no tiene ningún tipo de problemas asociados”, señala la experta.
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