Mucha ropa y pocos looks: ¿Cómo vencer el mal del clóset?
El problema no eres tu, son tus decisiones de compra, entre otras cosas...
A las que nos gusta la ropa una pregunta nos pesa día a día: ¿Qué me pongo?
Nuestro clóset vive lleno, a veces parece imposible meter más ropa y el desorden se traduce en pilas de prendas. Esto poco ayuda a la tranquilidad, porque no entendemos cómo no encontramos qué usar en un mar de tela. Y el estrés llega solo...
¿Qué estoy haciendo mal? No es raro que la culpa venga consigo y comencemos a creer que el problema está en nosotras. Como nos conocemos al revés y al derecho, y como vivimos encontrándonos defectos, pensamos que es nuestro cuerpo, nuestras caderas, nuestra estatura, nuestros pechos, entonces viene la afirmación "es que nada me queda bien"...
Llegó el momento de la verdad. El problema no eres tú, son tus decisiones de compra y castigadora que eres con tu físico. Está normalizado asociar la ropa a la banalidad y al ser un ítem superficial de la vida se le quita peso. Para muchos no puede haber razón ni emoción detrás de unas pilchas y lo cierto es que es todo lo contrario. El vestuario es una segunda piel, es parte de nosotras y comunica quienes somos.
Si te conoces tanto, ¿entonces qué está fallando a la hora de armar el clóset? Fallamos cuando buscamos prendas que oculten nuestras zonas de trauma. El estar pensando todo el tiempo en el defecto y cómo ocultarlo hace que psicológicamente lo veamos más. La solución es aceptarnos y partir por darle protagonismo a lo que consideramos nuestros atributos, así lograremos restarle importancia visual a lo que queremos esconder. Es automático y sirve como ejercicio inicial, previo a la aceptación.
Otra falla común es responder inmediatamente a "lo que está de moda" y comprarlo sin pensar. En este caso, el fantasma de nuestros traumas con el cuerpo no tardará en aparecer aquel lunes de reunión importante frente al espejo. Notarás que lo que te compraste "te queda mal", entonces no querrás usarlo, nunca más.
El clóset sigue llenándose de ropa porque eres fashionista, pero todavía no te encuentras contigo misma. Las edificaciones no se construyen sin una base...
El consejo, antes que todo, está en trabajar la seguridad, en conocernos tan bien que sabremos lo que queremos y dejaremos de motivarnos por las ofertas y lo que proponen las vitrinas.
Luego vendrá el análisis de clóset. Probablemente tienes mucha ropa y pocos looks. Para combatir este mal tienes que sacar toda tu ropa, mirarla, evaluarla, hacer combinaciones y detectar aquellos básicos que faltan.
Los básicos son las prendas comunes que siempre van a combinar con todo. Algunos son el pantalón negro y blanco, el jeans liso y azul, las camisetas de algodón blanca, negra y gris, el blazer, la chaqueta de cuero y de mezclilla.
Los zapatos también tienen clásicos y son las zapatillas blancas, los stilettos nude, las sandalias negras con poco tacón, los botines al tobillo con algo de altura, unas ballerinas o babuchas.
Si ordenas y dejas aquellas prendas que de corazón van contigo, y comienzas a trabajar en los básicos recién mencionados, sin duda lograras la estabilidad en el clóset. Tendrás menos ropa, pero muchos outfit para usar.
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