Renata Ruiz estuvo seis meses con canas por la maternidad y falta de tiempo
La modelo valora el tiempo para sí misma y el cuidado personal.
Renata Ruiz sorprendió a todos sus seguidores el día 7 de julio publicando una foto junto a Maya, su primera hija.
"La felicidad absoluta es 50% del amor mas grande que uno pueda conocer y 50% del dolor mas intenso. Ayer nació Maya, una niña tranquila y dulce que quería llegar al mundo YA, así que hubo que sacarla de cesárea casi urgente. Me quedé sin líquido amniótico y tanto ella como yo bajamos de peso radicalmente en una semana", expresó en ese momento la modelo quien compartió una foto de su bebé en su pecho, en señal de apego.
El tiempo ha pasado y Renata no deja de compartir sus experiencias como madre primeriza enfatizando en lo complejo que se le ha hecho el proceso.
"Aún no sé nada, me siento tan ignorante, y por eso no quiero recomendar todavía como si fuera la madre experta. Estamos recién aprendiendo. Y confieso que he perdido la calma dos veces después de un par de noches en vela", fueron sus palabras para referirse al periodo que vive criando a su bebé.
Y ahora ya han pasado seis meses según su relato y la maniquí toca el tema desde otra vereda, el cuidado personal.
Renata estuvo todo este tiempo sin poder ir a la peluquería para teñir sus canas, entre otras rutinas que dejó de lado para priorizar el cuidado de su hija.
El primer día de Renata Ruiz sin su hija
En Instagram Renata Ruiz comentó todo su sentir al respecto, haciendo énfasis en la felicidad que le otorga este momento y día de peluquería.
"Subo esta foto con orgullo, cara lavada y feliz. Por fín después de 6 meses puedo dedicarme dos horas a mi misma, me dan igual las manos, andar maquillada o no, pero las canas...ufff esas me hacen sufrir", escribió con total sinceridad.
"Entre papita y papita la abandoné en brazos de su abuela para ir a recuperar mi juventud. Suerte la mía logré hacerlo todo rapidito para no saltarme ninguna", dio a conocer.
"Mientras mi Glo me teñia, tenía unos flashes deliciosos de mi guagua, su llanto mostrando sus encias, sus sonrisitas de solo un costadito, su cuellito estirado y chilliditos cuando se despierta...mmmm. Por primera vez eché de menos a mi guagua (que dormía plácidamente sin darse ni cuenta de mi ausencia en brazos de su abuela). Y fue rico saben. Fue rico echarla de menos y llegar a besuquearla mientras ella me pegaba manotazos y me rasguñaba. Ella no me había echado de menos, solo quería su papa", reveló.
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